"¿Qué tal, ganso? Creo que te ganaré. ¡Deja de graznar! ¿Crees que eres tan grande y temible? ¡Cállate! O te voy a cocinar. No eres tan duro, ganso", afirmó el hombre.
Pese a que inicialmente el ave parecía no prestarle mucha atención, acabó por atacarlo repentinamente —para sorpresa del buscón, que huyó despavorido—.