Aco es obediente y le encanta pasar tiempo con su dueño, aunque este a veces se dedique a engañarla, tal y como puede verse en el vídeo.
A pesar de que por 'arte de magia' se queda sin su comida, la perrita no se pone a ladrar, sino que simplemente coloca la pata en la mano de su dueño como diciendo: "Eso estuvo bien, ¡pero dame mi premio, humano!".