Estos animales pueden localizar a sus presas desde alturas de hasta 45 metros. Cuando avistan un pez, se dejan caer en picado alcanzando una velocidad de alrededor de 100 km/h. De media, pasan entre 5 y 7 segundos bajo el agua y a menudo echan a volar de inmediato para volverse a sumergir más tarde.
Estas aves pasan la mayor parte de sus vidas en el océano y acuden a tierra firme solo para anidar y cuidar a sus crías, por lo que es muy inusual captarlos cerca de las costas y mucho menos ver cómo consiguen su comida.