Un tiburón de casi un metro de largo nadaba cerca de un arrecife colgado dando vueltas por el fondo, "como si estuviera pidiendo ayuda", según las palabras del buzo. De manera que Johnson se aproximó, comprobó que el escualo tenía un cuchillo en la cabeza y procedió a extraerlo.
Parece que el desafortunado animal era un tiburón nodriza, inofensivo para los seres humanos y que se alimenta mayormente de crustáceos y corales. La pesca de tiburones está prohibida en las islas Caimán desde 2015. Cualquier pescador furtivo podría enfrentar una multa de 500.000 dólares o cuatro años de prisión.