Los osos pardos que habitan en las zonas remotas de Siberia y el Lejano Oriente ruso hibernan normalmente entre cinco y seis meses, es decir, se quedan sin comer, beber ni salir de sus cubiles durante ese tiempo.
Antes de entrar en fase de hibernación, estos increíbles animales pasan un periodo consumiendo grandes cantidades de alimentos de elevado valor calórico e incrementando su capa de grasa.
No obstante, en caso de no poder encontrar un lugar para pasar el invierno o tras ser despertados por algunos ruidos o intrusos, los osos pardos pasan la estación fría vagabundeando en búsqueda de comida.
"Los osos vagabundos son muy agresivos porque están continuamente hambrientos y atacan a cualquier cosa que se cruce en su camino. Pese a su apariencia delgada, son increíblemente fuertes. Además, suelen acercarse a viviendas humanas, donde pueden llegar a matar a las personas y al ganado", explica el mensaje de advertencia del departamento local del Ministerio de Emergencias de la Federación de Rusia.
