El aparato, que tiene una potencia de 1.000 vatios, elimina la oxidación y también las viejas capas de pintura sin usar agua ni ningún producto químico.
Sin embargo, el coste del superláser es 'un poco' alto, algunos cientos de miles de dólares. La buena noticia es que su fabricante permite el alquiler de la máquina a un coste más asequible.