Era predecible que en la tierra de los canguros un ejemplar de esta especie acabara acudiendo a una cafetería local en la ciudad de Melbourne. En un principio, el animal trató de salir por su propia cuenta del establecimiento, pero todos los intentos fueron en vano. Finalmente, los clientes del establecimiento llamaron al servicio de rescate de animales.
El voluntario demostró su maestría al atrapar al canguro con una manta para que más tarde los veterinarios lo tratasen de las lesiones leves que había sufrido en su intento de salir del café. Una vez atendido, los profesionales liberaron de nuevo a la criatura al medio natural.