La idea de someter a los nazis a un tribunal internacional fue sugerida por la Unión Soviética, que luego consideró las condenas para los acusados como demasiado suaves.
Solo 24 personas fueron juzgadas, 12 de ellas, incluyendo a Hermann Goring, Joachim von Ribbentrop y Fritz Sauckel, fueron condenados a la pena de muerte. Los colaboradores más cercanos del Führer, Rudolf Hess, Walther Funk y Walter Reder, fueron sentenciados a cadena perpetua. Los demás fueron condenados a entre 10 y 20 años de prisión, menos los tres que fueron absueltos.
En los años venideros, el Tribunal de Nuremberg llevó a cabo 12 juicios más para los rangos militares más bajos. El proceso dio inicio al derecho penal internacional. Sus principios son confirmados por una resolución de la Asamblea General de la ONU del 11 de diciembre de 1946.