Las tripulaciones dispararon desde sus cañones de 125 milímetros mientras que los tanques se iban desplazando. Los blancos se situaron a unos dos kilómetros y los cañones estaban equipados con la mira multicanal Sosna-U, capaz de reducir el tiempo necesario para detectarlos.
Además, los operadores maniobraron sus equipos militares desplazándose a gran velocidad, sortearon los obstáculos del terreno y utilizaron sus cámaras retrovisoras para desplazarse marcha atrás.