Las unidades cumplieron cerca de 50 misiones, aniquilando los equipos blindados y los efectivos del enemigo, situados a unos 15 kilómetros.
Después de cada salva, los artilleros rusos realizaron maniobras para protegerse del impacto de los proyectiles. A su vez, las unidades de obuses y las de artillería de reacción compitieron entre sí en velocidad y precisión de fuego.