Dos aviones de reconocimiento RC-135, de EEUU, y Gulfstream, de las Fuerzas Aéreas de Suecia, sobrevolaban el 10 de junio las proximidades de las fronteras de Rusia a través de las aguas neutrales del mar Báltico.
El piloto del Su-27 escoltó a los aviones, "tomando todas las medidas de seguridad y evitando que cometieran una violación del espacio aéreo de Rusia".
Según el Ministerio de Defensa, el avión ruso cumplió su misión en estricta consonancia con las reglas internacionales sobre el uso del espacio aéreo.