La catástrofe se produjo en el kilómetro 1.710 del Transiberiano, en el tramo que conecta las estaciones de Ashá (región de Cheliábinsk) y Ulu-Teliak (república de Baskortostán). Una nube de gas explotó allí mismo en el momento en que dos trenes repletos de pasajeros circulaban por las vías. La nube se formó del gas que se había ido filtrando desde un gasoducto que se encontraba en las inmediaciones de los raíles. Según diversas fuentes, hubo entre 575 y 780 muertos.
"Cubrieron una pared de varios kilómetros con fotografías. No se trataba de una exposición de fotos sino más bien de fotografías sueltas: en una había una mano con un anillo, en otra la mitad de una cabeza, o partes totalmente carbonizadas que no se podían reconocer", recordó Lidia Mijáilova, madre de una víctima fallecida.
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