Al salir de la embajada, el 31 de marzo, los diplomáticos expulsados de EEUU levantaron con orgullo la bandera de su país. Una multitud despidió con un adiós al grupo cuando el autobús partió con destino al aeropuerto.
El mismo día, los empleados del Consulado General de Estados Unidos en Rusia retiraron la bandera de su edificio en San Petersburgo y, luego, abandonaron el edificio.
EEUU ordenó la salida de 60 diplomáticos rusos —48 empleados de embajadas y 12 personas asignadas a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York—, así como el cierre del consulado ruso en Seattle.
Washington tomó esta medida en apoyo a Londres, que el pasado 14 de marzo anunció la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países, como represalia por el caso Skripal.
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