En algunas partes de la ciudad de Roma la capa de nieve alcanzó los cinco centímetros.
La capital quedó paralizada por la nevada. Uno de los aeropuertos locales suspendió los vuelos por un rato, mientras que el transporte y las actividades normales sufrieron perturbaciones.
Durante la nevada, residentes locales y turistas pudieron contemplar los sitios emblemáticos de la ciudad bajo una espesa capa de nieve.
La anterior nevada en Roma tuvo lugar en 2012, pero esta del 26 de febrero ha sido una de las más fuertes de los últimos años.
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