El llamado Toro de la Vega se venía celebrando en la ciudad castellanoleonesa de Tordesillas desde hacía siglos. Este festejo popular consistía en soltar un toro y perseguirlo para acabar clavándole una lanza y matándolo. La pequeña localidad española, de casi 9.000 habitantes, se había convertido en los últimos años en escenario de tensiones entre los antitaurinos, que acudían a la localidad para pedir la prohibición del festejo, y los vecinos del pueblo, que lo apoyan mayoritariamente.
Este año, la Junta de Castilla y León ha decidido prohibir el Toro de la Vega, de modo que la fiesta ha tenido que 'reinventarse' y ha pasado a llamarse Toro de la Peña. En su nuevo formato, simplemente se persigue al animal pero no se le mata.
A pesar de la victoria simbólica de los animalistas, también en el Toro de la Peña han vuelto a repetirse momentos de tensión entre los vecinos del pueblo y los antitaurinos, según ha informado el medio.
Para garantizar que no se volvieran a producir las escenas de violencia que se vivieron en años anteriores, un contingente policial especial se desplegó en la ciudad.
El partido animalista PACMA ha realizado una grabación del encierro del Toro de la Peña y según han denunciado los activistas, el toro, llamado Pelado, también ha acabado muriendo.