El Departamento de Estado exigió a Moscú el 31 de agosto cerrar el Consulado de Rusia en la ciudad de San Francisco y otros dos anexos en Nueva York y Washington antes del 2 de septiembre. Ese mismo día, las sedes de las Cámaras de Comercio y el Consulado en San Francisco fueron registrados.
Los edificios ya han sido entregados a los estadounidenses a petición del Departamento de Estado de EEUU. Moscú declaró que la medida es un acto hostil y contrario al derecho internacional, que empeora aún más las relaciones entre ambos países.