Desarrollar un smartphone nunca es una tarea fácil, y menos si no se es especialista en la materia. Pero siempre está el truco del rebranding, que para empezar no viene nada mal.
Cabe explicar que el modelo ha sido prácticamente copiado a Samsung. Bajo la firma Escobar Inc., primero lanzaron el Escobar Fold 1, el primer teléfono plegable de la compañía, para luego traer lo que no es más que una reproducción del Samsung Galaxy Fold a modo de evolución del primer modelo: el Escobar Fold 2.
Cinco cámaras, pantalla Dynamic AMOLED plegable de 7,3 pulgadas, batería de 4.380 mAh… Todo idéntico al modelo original de su rival. Eso sí: el precio es más atractivo que el de Samsung. El teléfono ya ha salido a la venta y vale 399 dólares (361 euros), según ha informado el sitio oficial de la empresa.
Llegados a este punto, surge una duda: ¿realmente estarán los consumidores dispuestos a pagar por un teléfono que lleva el apellido del narcotraficante? Está claro que la elección de un nombre tan llamativo para la compañía atiende a fines comerciales, pero la turbia historia que lo rodea quizá le juegue alguna mala pasada.
Todo este proyecto está siendo objeto de críticas por su cuestionable moralidad. ¿Es lícito aprovechar el nombre de una figura que tanto daño ha hecho? ¿Hasta qué punto es aceptable que la marca y su móvil utilicen imágenes de Pablo Escobar para vender el producto? Que cada uno saque sus conclusiones.