El SS-520 con 9,5 metros de longitud y 50 cm de diámetro fue lanzado con éxito en febrero pasado.
El artilugio de 2,6 toneladas puso en órbita un satélite diminuto de tres kilogramos.
"Pudimos fabricar un cohete tan pequeño gracias al alto desarrollo científico y tecnológico de nuestro país", dijo Hiroto Habu, responsable del proyecto que costó casi 3,5 millones de dólares.
Japón gasta más de 100 millones de dólares en el lanzamiento de su otro cohete, el H2A de 50 metros.
La agencia espacial nipona espera que la reducción del costo de los lanzamientos contribuya a que la gente, la industria y los científicos utilicen más ampliamente las tecnologías espaciales.
