Tras tres años de desarrollo, la aeronave diseñada por la empresa suiza del mismo nombre tomó los cielos: el avión alcanzó una altura de 300 metros y permaneció en el aire durante 6 minutos.
"Es un momento muy emocionante para mí y para el equipo, pero estamos un poco nerviosos, ya que ahora vamos a ver si todo lo que hemos trabajado durante los últimos tres años funciona o no", comentó antes del vuelo Rafael Domjan, líder del proyecto, citado por el medio Swissinfo.
A diferencia de otro proyecto famoso de un avión solar —el Solar Impulse II, que terminó hace unos meses su viaje alrededor del mundo—, el SolarStratos es mucho más pequeño: mide 8,5 metros de ancho y 24,8 metros de largo y pesa tan solo 350 kilogramos mientras su 'colega' alcanza más de dos toneladas.
No obstante, para lograrlo necesitaría "mejorar la batería y la hélice", además de… "adelgazar unos 10 kilos", según reveló el ingeniero al medio suizo.
De ser exitoso el proyecto, los diseñadores planean ofrecer vuelos estratosféricos para los turistas.
Como la cabina del avión no es hermética, los viajeros necesitarán un traje espacial. SolarStratos eligieron los trajes espaciales ultraligeros 'Sókol' diseñados por la empresa rusa Zvezdá.
Son un tipo de aeronave no tripulada que usa la energía solar para volar a una gran altura durante largos períodos de tiempo, cumpliendo las tareas de los satélites espaciales de comunicación o de reconocimiento, de aquí su otro nombre de 'pseudosatélites'.