Para encontrar todos los materiales y partes necesarias para terminar su ambicioso proyecto, Alan James tuvo que recorrer toda Europa y EEUU. No obstante, ahora, tres años y 23.000 dólares más tarde, el ingenioso constructor completó la fabricación del avión, que ya ha podido realizar su primer vuelo.
"Igual que todos los británicos verdaderos, siempre había querido volar un Spitfire. Hace cinco años solo se podía tomar un curso de dos días por 5.000 libras esterlinas (6.500 dólares). Así pensé que podría gastar ese dinero en construir uno", comentó James.
No obstante, James indicó que el proceso de obtener el permiso para fabricación de un avión es bastante duro y prolongado, y su propia aeronave había sido inspeccionada varias veces durante el periodo de la construcción.