Michael Smart, profesor de aerodinámica hipersónica de la Universidad de Queensland, en Australia, y su equipo, utilizan estatorreactores de combustión supersónica (o scramjets) para crear el avión más rápido jamás construido.
Hasta el momento el problema principal de los científicos era cómo impulsar el scramjet a velocidades hipersónicas para hace funcionar el motor.
No obstante, Smart cree haber resuelto el problema al fusionar scramjets con reactores de cohetes, que espera se utilicen para lanzar satélites al espacio desde una plataforma nombrada Spartan.
"Todos los sistemas convencionales de lanzamiento de satélites tienen diferentes etapas. Así, en la primera la velocidad alcanzará Mach 5 o 6. En la segunda etapa el scramjet enviará el satélite a dos tercios del camino al espacio. Y la tercera será la etapa final que lo pondrá en órbita", explicó el experto.
Además, el ingeniero está seguro de que su proyecto no solo podría ayudar a Australia a unirse a la carrera espacial, sino también ofrecería viajes más rápidos en la Tierra. Así, con la tecnología propuesta por Smart, un vuelo entre Londres y Sídney —de 22 horas— podría durar tan solo dos.
"No requerirá miles de millones de dólares para desarrollarse. Creo que un país como Australia lo podría emplear fácilmente", concluyó.