Por ahora, la Fuerza Aérea de EEUU ha asignado tres contratos a distintos equipos desarrolladores para que bosquejen distintas ideas de abordar el proyecto. La mejor idea pasará a una segunda fase, en el que los generadores de plasma pasarán distintas pruebas que simularán situaciones reales.
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Uno de los equipos está compuesto por investigadores de General Sciences y científicos de la Universidad de Drexel en Filadelfia, en un método que involucra una reacción química que permitiría calentar una pieza de metal más allá de su punto de ebullición. El metal vaporizado reaccionaría con el oxígeno de la atmósfera para producir plasma.
Anteriormente, EEUU había usado el sistema Haarp, en Alaska, para estimular la ionosfera y mejorar las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia estadounidenses. Sin embargo, los científicos son escépticos a la hora de valorar el nuevo proyecto de las Fuerzas Aéreas, que por ahora se encuentra en la fase inicial y podría no hacerse realidad.