Según el relato del hombre, publicado por El Mundo, los problemas empezaron después de aceptar la amistad de una chica francesa en Facebook.
"Era un perfil muy normal, no uno de esos que ya notas que son raros, y acepté. Al cabo de un par de días se volvió a poner en contacto conmigo. Empezamos a charlar, y enseguida la conversación cambió, me dijo que era un chantaje, y que me iba a enseñar algo", explica la víctima.
Al día siguiente, todos sus contactos en Facebook habían recibido el vídeo y las preguntas por parte de conocidos, amigos y familiares no se hicieron esperar.
"Habían duplicado mi perfil al 100% y habían vuelto a pedir amistad a mis amistades. Mucha gente no se dio cuenta, se preguntó qué habría pasado, pero aceptó, y automáticamente aparecían los montajes fotográficos en sus muros. Lo querían extender. Cuando te encuentras en esa situación te das cuenta de que Facebook no te hace ni caso".
El hombre no se rindió, explicó lo sucedido a sus amigos y conocidos, advirtió a sus familiares, pidió a todos que eliminaran los perfiles falsos y logró detener el chantaje.
Lastimosamente casos como este suceden a diario, no solo en Facebook sino también en redes sociales tan prestigiosas como LinkedIn. El descuido de los usuarios de las redes sociales, el anonimato y la capacidad de trabajar desde cualquier parte del mundo de los chantajistas y la flexibilidad de las leyes en diferentes países, que en muchos casos no se han adaptado a los nuevos tiempos, son una mezcla peligrosa y puede llegar a arruinar la vida de una persona.