A diferencia del Volgabús, que dentro de entre 10 y 15 años conquistará las calles de las ciudades, MatrЁshka no está destinado a convertirse en transporte público, ha aclarado Albert Efímov, el jefe del centro de robótica e innovación Skólkovo.
"No nos planteamos como objetivo lanzarlo [a MatrЁshka] como un sustituto del transporte público tripulado. Hay muchas zonas cerradas, tales como ciudades científicas y militares. Justamente allí operará MatrЁshka".
Se estima que cumplirá dicha función este autobús eléctrico inteligente de entre ocho y 12 asientos. Tendrá ruedas motrices, un motor de 61 CV y una batería de 32 CGT/h. Su velocidad estará limitada a 30 kilómetros por hora.
De hecho, está prevista la producción de tres modificaciones de MatrЁshka: autobuses de pasajeros, plataformas para las fábricas y terminales y transporte de cargas especiales.
De momento, los prototipos de MatrЁshka se ponen a prueba en el polígono de Skólkovo. Se espera que, en 2017, sea lanzada su producción masiva y, si todo va bien, dentro de dos años podrán trasladar a los pasajeros durante la Copa Mundial 2018 que acogerá Rusia.
Tanto Volgabús como MatrЁshka forman parte del proyecto de vehículos inteligentes desarrollado dentro del centro de robótica de Skólkovo. Ambos destacan sobre sus análogos, puestos en marcha en modo experimental en Washington y la ciudad suiza de Sion, por estar dotados de diversas funciones complementarias. Así, Volgabús no solo será capaz de llevar a los pasajeros, sino también de entregar envíos postales o servir como una especie de 'oficina móvil'.
