Los dos nuevos robots, de 90 centímetros de altura, están equipados con manipuladores y detectores de presión gracias a los cuales pueden realizar trabajos mecánicos de diferentes niveles de complejidad.
Cada asistente robotizado es un elemento más de su propia cadena de producción y gracias a una serie de sensores es capaz de distinguir y colaborar con los trabajadores sin causarles daño durante el proceso de producción.
El robot también puede ser programado para realizar un amplio abanico de tareas o ser equipado con distintos dispositivos, desde moldes de manos con dedos hasta atornilladores de precisión.
Además, los nuevos asistentes robotizados son muy amables con los demás trabajadores, ya que pueden hacerles un agradable masaje en sus ratos libres o servirles el café. Dos de estos avanzados sistemas ya se utilizan regularmente en una fábrica de la ciudad alemana de Colonia.