La 'madre' desarrolla de una manera independiente a sus 'niños' y les pone a prueba. Luego usa los resultados para diseñar la siguiente generación con las mejores características de la anterior.
Sin ninguna intervención humana o simulación de ordenador, solo con una orden inicial de crear un robot capaz de moverse, la "madre" construyó "niños" compuestos por entre uno y cinco cubos de plástico y con un pequeño motor adentro.
Las características preferentes fueron heredadas a través de generaciones y los "mejores" robots de la última generación pasan la prueba con una velocidad dos veces mayor que los "mejores" de la primera generación.
El doctor Fumiya Iida, investigador en jefe del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Cambridge, subrayó que se trata del mismo principio que en la selección natural que "se basa en la reproducción, evolución, reproducción, evolución, etc.".
Precisó que "es lo que está haciendo este robot, podemos en realidad observar la mejora y la diversificación de las especies".
El experto añadió sin embargo que "todavía se queda un camino largo hasta que tengamos robots que sean semejantes, actúen y piensen como nosotros".