Diez años de cárcel por robar dulces: la nueva realidad tras la pandemia

Un hombre que robó dos dulces de chocolate de una tienda en Eslovaquia podría permanecer en prisión 10 años. La condena se debe al estado de emergencia provocado por la pandemia de COVID-19.

La hermana del hombre, identificada como Magda, decidió escribir una carta a la presidenta del país, Zuzana Caputova, pidiendo que interviniera en el caso de su hermano.

"Una sentencia de 10 años por un par de bombones es inconcebible. La situación hoy es muy difícil y la gente tiene una vida difícil como esta", señala la mujer. Magda admite que robar es, por supuesto, malo, pero que el castigo al que se enfrenta su hermano es una catástrofe y toda su familia está devastada. 

"No pido que lo pongan en libertad de inmediato, sino que le den el castigo apropiado", comenta la hermana.

Por regla general, un hurto menor como este acarrea como máximo dos años de prisión. Sin embargo, Eslovaquia vive actualmente bajo la ley de emergencia debido a la pandemia de COVID-19, por lo que el castigo por algunos delitos es considerablemente más elevado de lo que hubiera sido en circunstancias normales.

La historia del robo de bombones no es el único caso de castigo desproporcionado en el país. 

Otro ejemplo lo protagonizó un indigente arrestado mientras trataba de robar una hamburguesa en una tienda en la ciudad de Zilina. El hombre tiene un largo historial de robos en tiendas. Ante la ley es un reincidente y puede ser enviado a prisión por hasta 15 años.

Las autoridades explican que los castigos más estrictos están destinados a mantener el orden público en un momento de gran tensión, como durante la guerra. 

La presidenta de Eslovaquia ya tiene varias solicitudes de ayuda sobre la mesa relacionadas con episodios que acarrean sanciones desproporcionadamente altas. En el Gobierno eslovaco ya han afirmado que impulsaron algunos cambios en la ley y que van a revisar por completo las condenas según la gravedad de los delitos.

"Queremos ser más tolerantes con los pequeños delincuentes y también más estrictos con el crimen organizado grave. Queremos abordar esta tarea el próximo año", señala Peter Bubla, el portavoz del Ministerio de Justicia del país, citado por la prensa eslovaca.