"La prestación de servicios de inmunización rutinarios se ve sustancialmente obstaculizada en al menos 68 países", dice el comunicado publicado en la página web de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI).
La nota agrega que "es probable que afecte aproximadamente a 80 millones de niños menores de un año que viven en esos países".
La interrupción de las campañas de vacunación se debe, entre otras cosas, a la reticencia de algunos padres a salir de casa debido a las restricciones de movimiento, la falta de información o por temor a la exposición al coronavirus.
Además, muchos trabajadores de la salud no están disponibles a causa de las restricciones de viaje o se ven obligados a centrar sus esfuerzos en la lucha contra el COVID-19.
La falta de equipos de protección también figura entre las causas de una interrupción "sin precedentes" desde que comenzaron los programas amplios de inmunización en los años 1970.
Por su parte, la directora ejecutiva del Unicef, Henrietta Fore, enfatizó que no se debe permitir que "la lucha contra una enfermedad se haga a expensas de los avances a largo plazo en (...) la lucha contra otras".
Fore llamó a "reiniciar las inmunzaciones tan pronto como sea posible" para evitar el riesgo de "cambiar un brote mortal por otro".