"Globalmente, las medidas de confinamiento y los cortes en la prestación de los de por sí limitados servicios de protección infantil exacerban la vulnerabilidad de los niños internos en instituciones psiquiátricas y de asistencia social, orfanatos, campos de refugiados, centros de detención de inmigrantes y otras instalaciones cerradas, pues los casos de violencia, abuso sexual y explotación de los niños confinados en estas instalaciones podrían pasar inadvertidos", cita la Acnudh a la relatora especial de la ONU sobre la venta y explotación sexual de niños, Maud de Boer-Buquicchio.
Los gobiernos a lo largo del mundo, según expertos de la Acnudh, deberían garantizarles a los menores el acceso a los servicios de protección de la infancia a través de líneas directas gratis durante las 24 horas al día, mensajes de texto, consultas sociales y psicológicas a distancia y refugios móviles.
De lo contrario, advierten, las víctimas tendrían que soportar el abuso y la violencia por parte de sus propios cuidadores o personas de su entorno inmediato.
"Tenemos que asegurarnos de que la protección de los niños esté completamente integrada en la respuesta al COVID-19, con recursos adecuados asignados tanto durante como después de la pandemia", resalta la Acnudh en un comunicado emitido este 7 de abril.