Tres semanas después de que el sureño estado de Oaxaca avanzara en la legislación que despenaliza el aborto, otro estado —Hidalgo, al centro del país— turnó su propia iniciativa en el mismo sentido, que entró al orden del día de las comisiones respectivas para su estudio.
"Creo que sí va a haber una cadena de despenalizaciones, es la intención de buena parte del Gobierno. Hablamos de mujeres que están en el poder a partir de la paridad de género que hay en los Congresos locales, que vienen con ideas progresistas y que así lo han dicho", dijo a Sputnik, la periodista Soledad Jarquín, especialista en la cobertura de las luchas de las mujeres.
El aborto en la Constitución
La aprobación en el Poder Legislativo de la modificación del Código Penal para permitir la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 12 semanas es uno de los dos dictámenes referidos al aborto que tenía a estudio el Congreso local de Oaxaca.
El segundo dictamen que fue postergado y quedó pendiente de votación en el Legislativo requiere, según Jarquín, de una mayoría especial para que se modifique el artículo 12 de la Constitución estatal. En este segundo dictamen se pretende regresar a lo que tenía previo al año 2012, cuando Oaxaca se convirtió en uno de los los 19 estados del país que "reconoció la vida desde la concepción y no desde el nacimiento", explicó Jarquín.
"Durante los 12 años de los gobiernos de derecha de Vicente Fox (2000 a 2006) y Felipe Calderón (2006 a 2012) muchas de las Constituciones locales fueron modificadas para reconocer la vida a partir de la concepción. Ahora, en Oaxaca está pendiente está cambiar esta modificación", completó.
Jarquín explicó que la despenalización del aborto hasta las 12 semanas en Ciudad de México fue uno de los factores que desataron esta ola conservadora legal que quedó estampada en constituciones locales, como la del estado de Oaxaca, ahora pendiente de reforma.
La reglamentación del aborto
La implementación de la despenalización del aborto en Ciudad de México consistió en la creación de un sistema público de asistencia que brinda el procedimiento de manera gratuita.
En estas clínicas de la capital se atiende un máximo de 20 mujeres al día, donde se les practica una ecografía, les explican el procedimiento y, luego, un médico les administra mifepristona (que detiene los efectos del estrógeno, la hormona femenina) y misoprostol, que provoca el aborto. La ingesta de misoprostol la hace cada mujer en su casa, facilitando un proceso ambulatorio.
"En Oaxaca falta un largo camino todavía", reconoció Jarquín. Hay que modificar leyes de salud, así como protocolos de atención a las mujeres que decidan interrumpir sus embarazos.
"Considerando cómo se mueven las cosas en este país, hay un largo camino para que los médicos estén dispuestos a realizar estos abortos legales; y segundo, para que exista un protocolo para los casos de objeción de conciencia", agregó la periodista experta en género. Según Jarquín, hace falta un protocolo que brinde a los médicos la opción de no realizar el aborto y a la par, se canalice a la mujer que lo solicita con un médico que sí lo practique.
Administrativamente, resta que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, publique en el Diario Oficial las reformas votadas en las Cámaras para que se conviertan en ley. Culturalmente, aparece un panorama más difícil.
"Hubo muchas agresiones en las redes sociales contra las feministas que estábamos festinando esta reforma al Código Penal. Todavía hay mucha gente con esta visión conservadora: ante una mayor demanda de derechos por parte de las mujeres, hay una enorme respuesta de estos grupos", remarcó.
Sin embargo, la ola despenalizadora tiene el espaldarazo del Gobierno Federal, particularmente de las representantes de Morena que han propuesto la despenalización del aborto en el Código Penal federal, así como una amnistía a las mujeres presas por este delito en la Justicia federal mexicana.
