Aunque las enormes construcciones de Tripolye (Ucrania) recién se identificaron a través de fotografías aéreas a mediados del siglo XX, hoy se sabe que miles de personas vivieron allí alrededor del año 3.000 a.C, y los arqueólogos reconoce como los asentamientos neolíticos de Maidanetske.
"El número de formas geométricas posibles para los asentamientos no es tan alto", dijo a Atlas Obscura Aleksandr Diachenko, un arqueólogo de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania especializado en la cultura de Triploye.
Maidanetske era del tamaño de las primeras ciudades mesopotámicas: no ocupaba más de 250 hectáreas. Fue construida en forma de anillos concéntricos, a unos 250 kilómetros al sur de Kiev. Un equipo de arqueólogos ucranianos y alemanes examinó la distribución de las 3.000 construcciones y determinó que 13 grandes estructuras probablemente funcionaron como lugares para eventos públicos y cumplieron alguna función social, quizás albergar reuniones de naturaleza política.
"La disposición espacial de los planes de asentamiento sugiere una configuración social única", dijo a Atlas Obscura Robert Hofmann, arqueólogo del Instituto de Prehistoria y Protohistoria de la Universidad de Kiel en Alemania, y autor principal del estudio que realizó el equipo.
"La convivencia de 10.000 (±5.000) personas solo fue posible a través de procesos de toma de decisiones (democráticos) secuenciales, realizados en diferentes niveles sociales", agregó. Según Atlas Obscura, la gran comunidad de Maidanetske dependía de estos centros cívicos para funcionar; eran salas de negociación neolíticas, para todo tipo de problemas prehistóricos.
Los arqueólogos especulan que, con el tiempo, los espacios de reunión más grandes se volvieron más importantes que los más pequeños, que cayeron en desuso. Hofmann sugiere que los cambios en la organización social —quizás cada vez más centralizada de una manera que desalentaba o suprimía la participación— eran insostenibles.
"El caso de los megasitios de Tripolye parece ser un ejemplo (...) de cómo los humanos no deben gobernar. La disfuncionalidad de las instituciones sociales, el letargo y la falta de participación democrática contribuyen al deterioro del tejido social en una sociedad humana", resumió el arqueólogo.