Sardá comenzó como un ingeniero textil y creó su empresa de ropa femenina en los años 60. Al ocuparse de la ropa íntima, decidió cambiar la tendencia que entonces dominaba el sector prestando atención a colores más alegres y tejidos más ligeros.
Fue él quien incorporó la licra en la producción de lencería. Ahora su empresa vende no solo ropa interior, sino también trajes de baño.
Desde 1998, su hija Nuria Sardá administra esta marca de lujo. Su tienda principal se ubica en Madrid, en la calle Don Ramón de la Cruz, y también dispone de más de 400 puntos de venta con una mayor presencia en Alemania, Bélgica, España y Francia.