El transporte de pasajeros es uno de esos mundos donde la equidad de género es un tema del que parecen no haberse enterado del todo las empresas del sector ni los organismos públicos que los regulan.
Mientras que en el subte porteño ya hay casi una mujer por cada cinco hombres conduciendo las formaciones, no existe una sola mujer maquinista de trenes, un círculo controlado por el sindicato La Fraternidad.
La situación para las choferes de "bondis", como se llama coloquialmente a los autobuses urbanos, no es diferente. Solo 925 mujeres tienen licencia para conducir colectivos en la Argentina, mientras que son 376.246 los varones que tiene el permiso legal para hacerlo, según la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
Un ejemplo muy especial es el de la Línea Bicentenario, un servicio gratuito interzonal de dos ramales que funciona en el partido de Vicente López, un distrito de la zona norte bonaerense, pegado a la Ciudad de Buenos Aires, y que transporta un total de 100.000 pasajeros por mes. Su particularidad: solo manejan mujeres.
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"Este sigue siendo, a pesar de todo, un país machista. Al principio, realmente nos costó un poco, no te voy a decir que fue fácil. A los hombres, principalmente, mucho no les gustaba, pero después, con el tiempo, cuando nos fueron conociendo, al contrario, recibimos todo el apoyo tanto de los pasajeros como de los choferes de las líneas que nos cruzamos", dijo a Sputnik Graciela Graiño, una de las mujeres que forma parte de la línea desde sus orígenes.
Hace nueve años, Graciela era ama de casa, tenía ganas de hacer algo, sus hijas eran ya grandes y decidió lanzarse. Cuenta que al principio le pareció una locura por no estar acostumbrada a manejar vehículos de este porte, pero que rápidamente le tomó cariño.
"Para mí esto es una distracción más que un trabajo", dijo.
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En 2010, después de dejar su trabajo anterior en una panadería, Susana Enríquez también fue una de las primeras integrantes de la Línea Bicentenario, que hoy suman un total de 29, incluídas las que se encargan del control.
"Cuando comenzamos era medio raro porque no había muchas mujeres que manejaran unidades de colectivo. Pero es como todo, va creciendo y la mujer va abarcando lugares donde por ahí antes no tenía oportunidad", contó.
En febrero de 2019 la Secretaría de Trabajo presentó un nuevo Registro de Mujeres Aspirantes a Choferes de Colectivo, algo que se logró como consecuencia de un litigio de seis años realizado ante el Estado y tres compañías por una conductora que, después de 12 años al volante, fue despedida en 2010 y se vio ante la imposibilidad de volver a ser contratada por explícita discriminación de género.
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Gracias al apoyo de la Defensoría General de la Nación, se logró crear un listado de aspirantes femeninas y la resolución para que las tres empresas se vean obligadas a tener un mínimo de 30% de mujeres conductoras. Si bien el fallo solo aplica para estas líneas, se espera que el Estado ponga en práctica acciones concretas para avanzar hacia la igualdad de oportunidades en estos sectores.
