Más de 9.000 personas pueden visitar estas salas especiales durante el día. Las instalaciones están equipadas con dispensadores de agua, aire acondicionado y televisores.
La temperatura diurna en Moscú alcanza unos 32 grados Celsius, y los médicos piden a los ciudadanos y visitantes que sigan las reglas generales para evitar las consecuencias negativas del calor.
Por ejemplo, los médicos aconsejan tomar al menos 1,5 litros de agua al día, llevar ropa de tejidos naturales y colores claros, no salir al sol desde las 12:00 hasta las 16:00 horas del día, no comer comida grasienta o picante.
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Las 'habitaciones refrigeradas' en los centros de servicios sociales han estado funcionando desde el verano del 2010, cuando la capital experimentó una ola de calor anormal y la calidad del aire se deterioró dramáticamente por culpa de los incendios forestales alrededor de la ciudad.