Los xochimilcas ya se habían instalado en el valle de México cuando los mexicas fundaron Tenochtitlán y, poco tiempo después, entraron en conflicto con ellos, cuando empezaron a invadir los pueblos cercanos.
Ya en esta era, hace unos cuatro años, estas poblaciones se movilizaron por el reconocimiento a las formas originales de Gobierno en el seno de la sociedad mexicana. Eso se tradujo en la pelea actual de los 14 pueblos de Xochimilco y varios de sus barrios, que impugnaron la figura del 'coordinador territorial', dispuesta por el actual ordenamiento de la alcaldía.
En su lugar, exigen que se instale un 'concejo de Gobierno' respetuoso de sus formas, algo que la nueva Constitución de Ciudad de México avala. No se trata, explican los vecinos, de separarse del Estado mexicano, sino que este los reconozca como autoridad y que se les permita gestionar los recursos que a cada zona le tocan. Muchas veces, las estructuras de la administración no logran llegar a brindar servicios básicos. Así, en su tierra original, los pueblos se ven relegados a un segundo plano.
Territorio e identidad
Doña Lupe supo que no les instalarían la luz si ella misma no se ponía a organizar su llegada. El barrio San Juan Diego es un 'asentamiento' —que es lo mismo que decir que es un barrio fundado por sus propios habitantes y olvidado por la autoridad—, una prolongación del pueblo de San Luis Tlaxialtemalco.
Lupe tiene una vista privilegiada desde su casa, desde lo alto puede ver el barrio y la ciudad, lo que resta del paisaje lacustre que caracterizaba el altiplano. Puede ver también la fila de montañas y algún volcán extinto que lo rodea.
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Tiene además la omnipresencia de las torres de luz que les trajeron el servicio, tres años atrás. Ella es originaria de allí y desde que tienen luz, gestiona junto a otros vecinos el pago y mantenimiento del servicio.
Temprano en la mañana del día del equinoccio de primavera, Lupe y otros vecinos organizados de los pueblos de Xochimilco se reunieron en las faldas del Xilotepec, para subir antes de que amaneciera.
A medio camino de este cerro donde también se representaba la Pasión de Cristo hasta hace un par de años, y a cuya cima se subían unas cruces monumentales, dos petrograbados aparecen de repente. Tallados sobre la piedra, hay dos personajes casi juntos, uno masculino y uno femenino.
Onegui, uno de los vecinos que hace el recorrido que Sputnik acompañó, señaló cómo la representación de Xipe-totec, 'el señor desollado' que está en la montaña (representado portando un chimalli), apunta directamente hacia el pico de una montaña tras la que el Sol sale el día del equinoccio. Sube tan rápido a esa hora del día que la coincidencia dura poco, pero sucede.
Un poco más abajo en la piedra, de cabeza, está la imagen femenina del culto a Cihualcóatl, relacionada a la fertilidad y el renacimiento.
En la segunda parte del recorrido del día del equinoccio, los vecinos visitaron el cerro Cuahilama, que tiene grabados en piedra posteriores a la llegada de los mexicas a Xochimilco —en 1430— y que, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia, es una 'punta de iceberg' de un espacio arqueológico mayor. Ubicado en el este del cerro de Santa Cruz Acalpixca, dicho recinto ocuparía unos tres kilómetros.
Formas colectivas de Gobierno
El día anterior al equinoccio, cuatro marchas llegaron a la alcaldía de Xochimilco por cada punto cardinal. Eran las autoridades y los vecinos de los pueblos originarios, que reclamaban hablar con el alcalde José Carlos Acosta Ruiz.
"Es hora de que se siente con nosotros, guarde silencio y nos escuche", exclamó Omar de San Francisco Tlalnepantla.
Durante un par de horas, los contingentes hablaron públicamente en la explanada de la alcaldía sobre los problemas que tienen en el acceso a los servicios públicos, así como los fraudes y malos tratos que han recibido del Gobierno local. Ante la falta de atención del alcalde, tomaron las instalaciones exigiendo el diálogo y lo lograron.
"Mírenos cuando le hablamos, señor alcalde. Le pedimos el respeto y el reconocimiento a nuestro pueblo. La libre determinación no implica que nos separemos de un territorio (la alcaldía) al que pertenecemos como pueblos", dijo Silvia Cabello, una de las vecinas organizadas de San Luis Tlaxialtemalco.
"Queremos el derecho a nuestras tradiciones, a la libre determinación y a nuestro medioambiente, como lo marca la Constitución de Ciudad de México", agregó en el auditorio Quirino Mendoza, dónde se reunieron con el alcalde.
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Los 14 pueblos impugnaron ante el Tribunal Electoral nueve de los 14 procesos asamblearios que se llevaron a cabo en los primeros meses de este año en los que —reclaman— hubo trampa desde los poderes centrales para torcer la decisión en su favor. Los pueblos reclaman la instalación de concejos de Gobierno y no de coordinadores vinculados a los partidos políticos.
"Tiene que haber mucha voluntad política para avanzar", dijo a Sputnik Silvia Cabello tras la charla con el alcalde. "Lo que mencionó Acosta Ruiz es que si queremos ser autónomos, no contaríamos con el apoyo de la alcaldía", explicó.
Lograron de todos modos la concertación de dos citas para las próximas semanas, tiempo en el que que la alcaldía trabajará con los pueblos organizados.
"La autonomía no se trata de separar al pueblo de la alcaldía, lo importante es trabajar de manera conjunta, que permita que cada pueblo se organice de acuerdo a su estructura, que viene de tiempo atrás", concluyó.