El estudio titulado "Políticas para promover la permanencia y culminación de la educación media en América Latina", promovido el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y elaborado por Results for Development, señala que solo el 59% de los jóvenes logran culminar sus estudios superiores, a pesar de que son obligatorios en varios países.
En Uruguay, seis de cada 10 jóvenes no termina la educación secundaria media. Esto representa una cifra mayor que el promedio de deserción en América Latina, que es de cuatro estudiantes cada 10.
El profesor Pablo Cayota, integrante del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y director del Colegio Santa Elena, señaló a Sputnik que aunque esta información no es nueva para las autoridades de la educación de Uruguay, "no deja de ser preocupante".
"Si bien han habido avances en otros aspectos, como en la cobertura de la educación inicial, en la mejora de la retención en el ciclo básico, en la baja de los niveles de repetición, en la mejor del salario docente de manera exponencial, no se ha logrado resolver un tema que interpela al sistema educativo uruguayo. Es un asunto que va a implicar la necesaria transformación de nuestros trabajos pedagógicos", aseguró Cayota.
Según Cayota, esto responde a una "crisis de sentido", donde el estudiante no encuentra respuestas positivas para interrogantes de la índole de: ¿para qué estudio? ¿qué beneficios me da culminar mis estudios?.
"Hay que reconstruir el sentido para los alumnos y para los docentes. Pero no simplifiquemos ni confundamos el sentido con la utilidad, no es exactamente lo mismo. La educación debe tener sentido para todos sus actores y en función de ese sentido es que aparecerá la utilidad", argumentó el profesor.
A su entender, toda la sociedad debe ser parte de la construcción de un sentido positivo de estudiar ya que los trabajos del futuro serán para quienes se hayan formado. "Esa concepción de la no utilidad refleja parte del empobrecimiento cultural que podemos estar viviendo como sociedad. Es hora de que como sociedad nos planteemos el problema de qué es lo que están decodificando nuestros jóvenes cuando responden que la educación no tiene utilidad", explicó Cayota.
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Según él, la clave para revertir esta situación radica en presentar un sistema educativo en el que los adolescentes se sientan "desafiados y entusiasmados por una aventura del conocimiento".