Así, a lo largo de las últimas semanas, la ciudad de Ganyá ha sido testigo de un accidente en una planta eléctrica que dejó a casi todo el país sin energía, asesinatos de policías y un atentado en contra del alcalde de la ciudad.
Por si fuera poco, los expertos observan una mayor presencia de radicales religiosos en el país, destaca el columnista del medio Izvestia, Ígor Karmazin, quien ofrece un análisis de la situación en el país caucásico.
Gran alboroto en Azerbaiyán
A principios de julio, una persona abrió fuego contra el alcalde de Ganyá, Elmar Velíev. El funcionario sobrevivió y ahora está recuperándose en Israel.
No obstante, el autor afirma que dicho atentado coincidió con el accidente en la estación eléctrica de Minchegaur, que dejó a prácticamente a todo el país sin electricidad, incluida a la capital, Bakú.
Mientras se dispersaban a los 200 manifestantes, murieron apuñalados al menos dos altos mandos de la Policía. Los medios locales calificaron a los participantes de "criminales que se cubren bajo el manto de la religión". Fuentes extraoficiales incluso hablan de un mayor número de víctimas por las protestas.
Para tomar la situación bajo control, el 10 de julio se desplegaron en la ciudad fuerzas adicionales de la Policía y fuerzas internas.
Desde entonces, las autoridades han detenido a varias decenas de personas y han eliminado a los participantes de la revuelta que opusieron resistencia armada.
El misterioso sicario del alcalde
El sicario del alcalde fue identificado como Unis Safárov y ahora se encuentra en detención. Después de su arresto, Safárov dio una entrevista a una cadena de televisión local en la que afirmó que no ha sido víctima de violencia policial.
No obstante, el columnista destaca que el sospechoso tenía moretones en la cara y previamente se publicó en las redes sociales una foto de un hombre con un parecido inconfundible con Unis Safárov con la cara completamente ensangrentada.
Más tarde, en enero de 2018, siguió al alcalde y atrajo así la atención de las autoridades. En aquella ocasión logró escapar al disparar contra un policía. Las autoridades destacaron que Safárov tenía planeado asesinar a varios funcionarios para "causar pánico y así tomar el poder".
Las contradicciones empiezan con un análisis de su pasado, señala Karmazin. De acuerdo con la información publicada, en 2016 Safárov pasó ocho meses en la ciudad iraní de Qom, considerada un importante centro chií.
Además, las autoridades aseguran que "el sospechoso obtuvo entrenamiento militar mientras formaba parte de grupos armados en Siria" y tenía planes de "establecer un Estado islámico en Azerbaiyán".
"Es sorprendente, los militante chiíes en Siria luchan contra los radicales de ISIS (organización proscrita en Rusia). No queda claro como el detenido pudo luchar por ISIS estando entre sus enemigos", subraya el columnista.
La huella armenia
Mientras se investigan los delitos del sicario, los altos mandos del país siguen echando leña al fuego y afirman que Safárov tiene también "conexiones armenias", sostiene Karmazin.
Sin embargo, las redes sociales dan una versión más simple: el ataque perpetrado contra el alcalde fue resultado de una enemistad personal. Así, una fuente del medio EADaily contó que el alcalde tiene una mala reputación en la ciudad y que la población "aplaudió en silencio" cuando salió a la luz la información del atentado.
Los problemas económicos abren las puertas al ISIS
Según explica Karmazin, a pesar de lo contradictoria que son las declaraciones de las autoridades azerbaiyanas, es un hecho que hay una multitud de grupos terroristas que quieren desestabilizar la situación en el país.
Así, se ha descubierto que ciudadanos azerbaiyanos han participan en el conflicto sirio y ya son unos 200 los que han muerto en el país árabe. El columnista destaca que los terroristas sufren derrotas en Oriente Medio, así que es lógico que quieran volver a sus países.
El columnista afirma que en el territorio de Azerbaiyán coinciden unos 40.000 partidarios del islam radical con una situación económica difícil; solamente el año pasado se registró una inflación del 14%.
Con ello, la oposición secular está bajo una constante presión de las autoridades y activistas que afirman que hay varias decenas de condenados por motivos políticos, cuenta Karmazin.
Un ejemplo de ello es la lucha del líder del movimiento opositor Alternativa Republicana, Ilgar Mamédov. En 2014 fue condenado a siete años de encarcelamiento y a pesar de que el Juzgado Europeo para los Derechos Humanos sentenció que fue encarcelado injustamente, nada cambió para Mamédov.
Más: Putin debate con sus homólogos iraní y azerbaiyano la economía y la lucha antiterrorista
Lo que ocurre es que las autoridades de Azerbaiyán tienen la tradición de reorientar las protestas a un "enemigo externo", pero esto no siempre funciona. "La influencia de la oposición secular sobre la sociedad es mínima, así que el descontento adquiere una tonalidad religiosa", concluye Karmazin.
