Sobre todo porque su salida al mercado —aunque limitada— ha coincidido con la muerte de Dawn Sturgess, la última británica intoxicada con una sustancia neuroparalizante en el territorio británico, esta vez en la ciudad de Amesbury (Reino Unido).
¿Qué pretendían conseguir lanzando una bebida con un nombre como el de Novichok?
¿Preveían que la bebida iba a tener tanta repercusión? ¿Qué esperaban?
No, al principio solo sacamos una pequeña tanda que tenía que ser promocionada por nuestros principales clientes, quienes nos conocen, aprecian el humor y el buen licor. Somos una modesta microdestilería en una pequeña ciudad europea conocida por sus negocios independientes, por sus grafiteros como Banksy y por su carácter liberal pero ligeramente subversivo.
Por supuesto que lamentamos que haber ofendido a alguien, pero la reacción de la inmensa mayoría de los usuarios de las redes sociales ha sido positiva y creemos que aprecian un poco de humor negro.
¿Es popular la bebida entre sus clientes?
El vodka Novichok es una edición limitada. La primera tanda se agotó en una hora y la segunda, un poco más tarde, se agotó casi igual de rápido. A los clientes que tuvieron la suerte de conseguir una botella les ha encantado y han pedido más.
Nos hemos visto inundados por pedidos de todo el mundo, incluyendo un gran número en la zona de Salisbury, que nos piden seguir produciéndola. Que tanta gente entienda que el vodka está para levantar el ánimo y no para crear división y ofender a la gente es genial.
¿Planean volver a sacar la misma bebida pero con otro nombre?
¿Qué opinan de la enorme repercusión mediática que ha provocado del agente nervioso Novichok?
Se trata de una situación muy grave, y nuestros conocimientos sobre productos químicos se centran principalmente en los que se utilizan social y legalmente. Hemos recibido muchos mensajes de la comunidad de Salisbury y de sus alrededores y de los miembros de los servicios de emergencia que trabajan en las zonas afectadas, y podemos confirmar que están lidiando en estos tiempos oscuros con buen humor y con una buena taza de té, o con el vodka Novichok, si es que consiguieron hacerse con alguna botella.
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Londres afirma que se trata de la sustancia Novichok (A234), aunque su procedencia jamás fue identificada. El Gobierno británico acusó a Rusia de estar detrás del ataque a los Skripal, mientras Scotland Yard todavía continúa la investigación. Moscú rechazó la acusación calificándola de infundada. Según la Cancillería rusa, el nuevo caso de supuesto envenenamiento es "un juego político sucio".
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