Cuando Summers cumplió cuatro años de edad, fue hospitalizada y diagnosticada con la púrpura trombocitopénica inmunológica, una enfermedad hemorrágica autoinmune que se caracteriza por la destrucción prematura de las plaquetas.
Esta experiencia traumatizó tanto a la niña como a sus padres e influyó en que posteriormente la joven decidiera dedicarse a los niños. Sarah se graduó de la Universidad Cristiana de Texas. Es licenciada en Comunicación estratégica y en Desarrollo infantil.
Ahora, ella trabaja como intermediaria entre los jóvenes, sus familiares y los médicos en los hospitales. Summers ayuda a los pacientes y a sus familiares a entender mejor los procedimientos y los diagnósticos.
Además, Summers estudió en un colegio peruano. Durante su estancia en este país latinoamericano, la estadounidense visitó Machu Picchu e incluso durmió bajo un mosquitero cerca de la cuenca del Amazonas.