Una reciente investigación realizada por la Universidad de Oakland apunta a que esa no es la única razón por la que se mantienen ciertos lazos. Los especialistas estudiaron las motivaciones de 861 personas, entre hombres y mujeres, que los llevan a mantener una relación de cercana amistad con sus exparejas.
Aunque algunos de ellos aluden al sentimentalismo, a lo bueno compartido o a los amigos comunes, otros tienen una visión más pragmática, que podría resumirse en seguir obteniendo de la expareja los recursos deseables como información, dinero o sexo ocasional.
En particular, los hombres destacaron las esporádicas prácticas sexuales como algo de mayor relevancia. Las féminas, por su parte, apuntaron a razones más pragmáticas como la confiabilidad o el acceso a recursos.
Maquiavélicos, narcisistas y psicopáticos. Son los ejes sobre los que suelen girar las acciones de estas personas, según la investigación.
Pero ¿cómo distinguir un intento de amistad honesto de una simple y egoísta instrumentalización sin responsabilidades?
Si nuestra intención es verdaderamente mantener una relación de amistad, conviene atender antes qué es lo que estamos buscando, explican los especialistas. ¿Influencia positiva, apoyo mutuo o simplemente compartir un tiempo agradable? Entonces está en lo correcto. Pero si esa amistad se vive de manera 'incómoda' por razones que usualmente no ocurren entre amigos de verdad, como sería ser continuamente juzgado por sus actos, evidentemente no es algo positivo.
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Otro estudio revelado en junio de 2017 por expertos de la Universidad de Kansas señaló que hasta el 60% de las parejas se preocupan por mantener una posterior relación de manera estrecha y sincera. Pero no se preocupe si no sucede así. Después de todo, es absolutamente normal no llevarse bien con todo el mundo. Sobre todo con los ex.