En una entrevista con Sputnik, Zuroff comentó que algunos dicen que él es la única persona que desea "una vida de 120 años" a todos los nazis.
"Aunque lo diga en broma, en realidad espero que vivan lo suficiente para poder ser llevados ante la justicia", dijo.
"Además, la mayoría de los nazis residen en países con un nivel excepcional de sanidad, como Alemania o Austria", señaló.
Hablando de su ocupación, de 'cazador de nazis' reveló que su trabajo no tiene nada que ver con operaciones secretas.
"Todo es más simple y menos emocionante de lo que uno se pueda imaginar: es en partes iguales el trabajo de detective, historiador y cabildero político", dijo.
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Al igual que un detective, detecta a un sospechoso, busca las pruebas en su contra como un historiador y, además, como lobista se esfuerza en "crear o intensificar la voluntad política" para encarcelar al culpable, explicó.
"Tuve casos que me llevaron años, sin embargo los resultados fueron escasos, quizás destruí alguna vida, lo que es bueno, pero ello no significa que esta persona acabase entre rejas", admitió.
Zuroff ni intenta disimular su irritación al referirse a los intentos de varios países de Europa Oriental de reescribir la historia del Holocausto.
"Solo en los años noventa, en estos países se hizo posible decir la verdad, pero surgió otro problema: la verdad es horripilante, la verdad es que los lituanos, los letones, los estonios, los ucranianos, los croatas, asesinaron a sus vecinos" judíos, dijo.
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Señaló que a estas naciones les gustaría más ser "victimas con derecho a compasión, recompensa y conmemoración" que "asesinos".
"Estos países padecen lo que yo denomino 'envidia del Holocausto'", dijo.
"En esa lista figuraban 2.055 personas, y es algo que realmente resulta muy ridículo, pues nosotros tenemos los nombres de 20.000 personas implicadas" en los crímenes nazis, destacó.
Aún compuesta la lista, dice el historiador, las autoridades lituanas afirmaron que la mayoría de sus integrantes "estaban presionados por los oficiales nazis, lo que es una mentira, o no tenían otro remedio" que seguir sus órdenes, "una mentira más".
"¿Y adónde fue a parar esta lista? A algún cajón, nunca llegó hasta los fiscales", constata.
Zuroff señaló que esta normativa es la cúspide de algo que lleva ya 25 años denunciando, "la plaga de falsificación de la historia del Holocausto", pero "Israel y Occidente decidieron hacer caso omiso a esto y lo hacen por motivos políticos, económicos y militares", sentenció.