La Armada Argentina informó el 23 de noviembre sobre una explosión en la zona donde se busca al submarino ARA San Juan sucedida el 15 de noviembre, último día de comunicación con la nave. Al conocer la noticia los familiares reaccionaron con indignación, enojo y tristeza.
Para Patricia Nieto, psicóloga especializada en terapia de duelo, se debe dar a los familiares información que los ayude a mantener la claridad de la realidad. "Lo más difícil para nuestro trabajo es manejar la doble posibilidad del desenlace", indicó en diálogo con este medio.
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El caso de los familiares de los tripulantes del ARA San Juan es particular porque es posible que los cuerpos de sus seres queridos no aparezcan, lo cual hace más difícil el duelo, según Nieto.
En situaciones como la actual, el trabajo del profesional de la salud mental consiste en ayudar a que haya una "despedida simbólica". En esta labor se busca que la persona deje de lado la esperanza de volver a ver a su ser querido.
El procedimiento se conoce como "primeros auxilios psicológicos". La meta es ayudar a los familiares a dar pasos concretos para enfrentar la crisis. Esto incluye el manejo apropiado de las emociones y las reacciones para sobreponerse a la pérdida.
Ante una situación de crisis, el pariente o amigo se siente desorganizado y puede parecer paralizado ante el shock de lo ocurrido. Es un momento en el cual los mecanismos habituales para resolver problemas no sirven. El sujeto se siente incapaz de tomar decisiones, además de la presión que siente.
"Los primeros auxilios ayudan a restablecer el equilibrio emocional. Las personas pueden llegar a experimentar un trastorno post traumático donde hay una sensación de desesperanza y negación. Se da una búsqueda desesperada por intentar responder a lo que está ocurriendo. Es un momento de duelo, enojo e incluso esperanza de recuperar lo perdido", señaló Alvez Guerra.
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A partir de los seis años el procedimiento se basa en intentar que las emociones del niño no se desborden. "Hay que calmar al chico, hablándole con voz suave. Brindar información acorde a su edad, intentar responder a sus preguntas con honestidad", apuntó Alvez Guerra.
"Los niños resuelven más fácil que los adultos. Siempre hay que decirles la parte de verdad que están capacitados a procesar a su edad. Hasta los seis o siete años no registran la irreversibilidad de la muerte", agregó Nieto.
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Cuando la tragedia desencadena una crisis emocional no se aconseja decir frases como "todo va a estar bien. Hay que tranquilizar de manera realista, validando el dolor de la persona. Brindar información exacta y con tacto", indicó Alvez Guerra. Cuando la situación cobra notoriedad pública lo mejor mantener a los familiares afectados "alejados de los medios y confiar solamente en la información oficial brindada".
"Hay que darles apoyo grupal, no es bueno que las personas se aíslen. En toda situación de ciris es mejor estar acompañado que en soledad. La palabra de alguien que está viviendo lo mismo vale más que la de un profesional, eso hay que respetarlo también", concluyó Nieto.