Según Zajárova, el ministro ruso dejó de ser un fumador compulsivo. El diplomático redujo la cantidad de cigarrillos hasta un par al día, es decir, es más bien una tradición que una necesidad diaria, señaló la portavoz del Ministerio durante una rueda de prensa.
"Después de las reuniones con sus colegas, puede fumarse un cigarrillo. Pero, repito, los tiempos cuando se le podía llamar fumador compulsivo están en el pasado", añadió Zajárova.
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Durante muchos años, Serguéi Lavrov fue conocido por ser un fumador empedernido, el cual incluso se negó a respetar la prohibición de fumar en el edificio de la ONU a principios de los años 2000, impuesta por el entonces secretario general de la organización, Kofi Annan. En ese momento, Lavrov comentó que el complejo de las Naciones Unidas es territorio internacional, donde no son vigentes las leyes de EEUU, y el secretario general, antes de tomar cualquier decisión, tiene que consultar con los representantes de los Estados miembros de la organización.
Hace varios años, Lavrov declaró a los periodistas que fumaba mucho menos y llevaba una vida sana.