Según la información publicada en el portal oficial del Gobierno de Moscú, esta cámara secreta ayudaba a los defensores de la ciudad a escuchar las conversaciones enemigas al otro lado del muro. Las paredes abovedadas de la habitación creaban un especial efecto acústico, por lo que en la cámara se podía oír todo lo que pasaba en la calle.
En tiempos de paz, es probable que funcionara para almacenar alimento como parte de la torre Bogoslovskaya.
Uno de los datos que ha causado más curiosidad es que el lugar donde se realizó este hallazgo arqueológico se encuentra cerca de la sede de la antigua KGB, ahora Servicio Federal de Seguridad (FSB), en la plaza moscovita de Lubianka.
Además de la habitación secreta, los arqueólogos rusos también han hallado más de 150 artefactos que datan de los siglos XVI y XIX.
De acuerdo con la información suministrada por la oficina arqueológica metropolitana, se trata, en su mayoría, de piezas de cerámica. Entre los artefactos, hay tres fragmentos de cerámica del siglo XVI, así como cinco balas de plomo, dos botones de metal, una pluma de acero y una bala de cañón del siglo XVII.