Los investigadores estudiaron cuáles eras las preferencias de los gatos entre cuatro opciones: el contacto humano, la comida, los juguetes y los olores agradables. Participaron en el experimento no solo mascotas domésticas, sino también animales de refugios.
Los científicos privaban a los mininos de las cuatro opciones mencionadas y luego les dejaban elegir entre entrar a una habitación con olor agradable, interactuar con humanos, jugar con un juguete o comer un plato de comida para gatos. Durante el experimento, los investigadores descubrieron que la mayoría de los animales prefería no la comida, como se esperaba, sino el contacto con las personas.
Al parecer, la investigación refuta el mito popular de que los gatos son animales egoístas e indiferentes a sus dueños. Los científicos creen que los gatos tienen una necesidad de interactuar con las personas, independientemente de si tienen o no contacto regular con ellas.