La decisión es un desafío a la normativa de la FIFA y ambas asociaciones se arriesgan a ser sancionadas.
"La amapola es un símbolo importante de recuerdo y no creemos que represente un mensaje político, religioso o comercial", desafió la FA escocesa.
A su vez, la sede central londinense confirmó en un comunicado que "los jugadores de Inglaterra llevarán brazaletes con la amapola en el encuentro de esta noche en el estadio de Wembley".
La jornada se marca con un minuto de silencio a las once de la mañana y el resto de conmemoraciones se posponen al primer domingo siguiente.
La FIFA considera que dicha flor roja contiene un mensaje político y va en contra de la regla 4 del fútbol internacional: "El equipamiento no deberá contener eslóganes, mensajes o imágenes de carácter político, religioso o personal", lee este punto del reglamento.
Según defiende a Sputnik, Iñigo Gurruchaga, corresponsal en Reino Unido, "la politización de la amapola roja es una realidad que se remonta a su propia creación".
Los presidentes de las cuatro federaciones británicas —Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte— formaron parte del órgano directivo del Consejo Internacional de Fútbol (IFAB, en sus siglas en inglés) que aprobó la restrictiva clausula 4 de la normativa mundial.
Pero la primera ministra, Theresa May, ha calificado de "absolutamente indignante" la postura de la FIFA sobre la amapola roja.
"Nuestros futbolistas quieren reconocer y respetar a los que dieron sus vidas por nuestra seguridad", dijo en el Parlamento.
El símbolo nació a partir del poema 'En los campos de Flandes' que escribió el médico canadiense John McCrea en mayo de 1915.
El poeta evoca a los caídos en el frente y concluye con su más famosa estrofa: "Si quiebras la fe en aquellos que entre nosotros mueren, no dormiremos aunque crezcan las amapolas en los campos de Flandes".
La idea del broche florido rojo para marcar el Armisticio prendió pronto en Estados Unidos, Francia, Australia y Reino Unido.
Y como señala Constantine Sands en Cultural Heritage Ethics (La ética de le herencia cultural) se erigió en "emblema de la victoria".
Pero en Inglaterra ya nadie luce la flor blanca en la solapa del abrigo o la chaqueta debido a la fuerte presión popular y de los medios de comunicación.
Gurruchaga recuerda el caso del futbolista norirlandés, James McClean, quien fue abucheado por el público y recibió amenazas de muerte por negarse a lucir una amapola al ser fichado por West Bromwich Albion.
Gales e Irlanda del Norte evitarán desafiar a la FIFA y simplemente lucirán brazaletes negros en sus respectivos partidos clasificatorios de la Copa Mundial de Rusia.