Esta medida fue impulsada por el suicidio de una empleada de 24 años que solía trabajar horas extras. No obstante, no fue el único caso —las muertes por estrés laboral o exceso de trabajo —o karoshi— se consideran un fenómeno bastante frecuente en el país asiático—.
Según apuntó la experta, la adicción al trabajo provoca un fenómeno conocido como el agotamiento emocional, el cual va experimentado algunos cambios en Rusia. Después de la disolución de la URSS y la abertura del mercado, los rusos empezaron a trabajar mucho para poder permitirse todas las cosas que les habían sido inaccesibles antes.
No obstante, agregó, este tipo de adicción al trabajo no representa un gran peligro, pues las personas son capaces de bajar la velocidad de su actividad laboral tras obtener lo deseado.
"Recientemente ha aparecido un nuevo tipo de adicción al trabajo impulsado por el concepto de 'gestión empresarial de alta calidad'. Uno se da cuenta de que es posible trabajar más y lo hace casi 24 horas diarias", sostuvo Bazárova.
Bazárova expresó que la mayoría de los empleados se sienten limitados por las condiciones de sus contratos. Por lo tanto, a cierta edad las personas empiezan a preguntarse —¿para qué estoy trabajando tanto?— , y al no encontrar la respuesta adecuada, se someten a una crisis profesional profunda que se agrava con la crisis de la mediana edad.
No obstante, en la actualidad los empleadores proporcionan diferentes tipos de ayuda a su personal, como la solución de problemas domésticos y personales que obstaculizan el proceso laboral.
"Las empresas se dan cuenta de que todo depende de sus empleados, de sus ojos felices. La inversión en el capital humano y la actitud atenta y cuidadosa son las inversiones más confiables", concluyó Bazárova.