Aunque a primera vista parezcan bobadas, nadie las cuestiona nunca.
1. Cuando te tragas un chicle, se pega en las tripas
Según una leyenda muy popular, si una persona se traga un chicle, este se queda pegado a las entrañas. Falso: aunque a nuestro estómago le cuesta mucho digerirlo, el chicle no se detiene ahí y se elimina del organismo de forma natural.
2. Los resfriados los provoca el frío
En el vídeo, 8cho narra de manera muy gráfica que los resfriados los provocan las bacterias y los virus voladores que penetran en nuestro organismo cuando una persona enferma tose o estornuda en nuestra presencia.
3. Al ver la tele muy de cerca, te puedes quedar ciego
Este es uno de los mayores embustes que suelen inventar nuestros padres. Según el joven, lo malo de ver la tele es que "escuchamos allí muchas tonterías".
Lo único real de este mito es que la gama espectral de los canes es más reducida que la nuestra. Por ejemplo, los perros no pueden ver el color rojo, de manera que su gama cromática primaria la forman el azul y el amarillo.
5. El azúcar es el principal causante de la hiperactividad
No, no y otra vez no, subraya el simpático 'youtuber'. La hiperactividad de los niños en la infancia puede explicarse por su percepción de la realidad.
Cuando son pequeños no se preocupan de los problemas. Hasta que se hacen mayores y, en vez de bombones, la vida empieza a "darles palos en las costillas hasta arrodillarlos y, cuando en vez de ser actores, como soñaron toda la vida, van a trabajar en un McDonald's", bromea.
6. Comer zanahoria es beneficioso para la vista
Esta afirmación es "una de estas típicas leyendas urbanas que surgieron hace años". La broma se alarga ya demasiado y "la puedes escuchar de tus padres".
7. Tras morir, el pelo y las uñas siguen creciendo
Es una gran barbaridad que conocimos de las películas de terror. La verdad es que, al fallecer, "nuestros cuerpos se quedan esqueléticos", ni más ni menos.
8. La regla de los cinco segundos
De acuerdo con '8cho', esta regla asegura que, al dejar caer comida al suelo, tenemos cinco segundos hasta que acuden las bacterias. Es una memez, puesto que las bacterias no van a esperar tanto tiempo y vienen en seguida.