En la red social que busca poner en contacto a gente que quiere una aventura romántica, donde el 45% son mujeres, solo el cuatro de cada diez estarían dispuestas a perdonar que su pareja les haga lo mismo.
"Creo que juega mucho la mirada social. Es peor el lugar en el que queda el engañado que el que engaña. Muchas personas podrían entender la infidelidad pero les cuesta mucho lidiar con la mirada ajena. A la desilusión que se vive en el ámbito privado hay que sumarle una carga social que hace más difícil la posibilidad del perdón, aunque muchas veces suceda. Eso explica un poco por qué hay más personas que están dispuestas a cometerla [una infidelidad] que a perdonarla", dijo a Sputnik Matías Lamouret, vocero del sitio Second Love para América Latina.
Al ser consultadas por los motivos para buscar una relación con un tercero, la mayor parte de las usuarias respondieron que sus parejas las llevaron a esa situación por falta de interés, incomprensión, falta de compañerismo o poca intimidad.
Las redes sociales apuntan a ser cada vez más específicas. "Algunas son para compartir fotos, otras para mostrar lo que estás haciendo en este momento o contar tu vida en 140 caracteres. Ahora también tienes las de este tipo que busca acercar a personas que buscan un segundo amor, una aventura por fuera de la pareja estable", dijo el vocero del sitio que comenzó en Holanda en 2008 y que ahora acumula más de 500.000 usuarios dispuestos a ser infieles en México, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay.
Antecedentes de una tendencia riesgosa
El escándalo causó peleas, divorcios y hasta suicidios alrededor del mundo. Aun así la empresa reportó un aumento en número de usuarios, hoy cuenta con unos 46 millones de potenciales infieles.