La escritora británica Shelina Janmohamed —cuyo libro Generation M hace poco salió a la venta— detalló al medio Buzzfeed que representa hoy "la nueva generación de los musulmanes" y por qué empezaron a influir sobre la sociedad moderna. A su vez, Sputnik también trató de entender qué cambios se realizaron en los últimos años.
Las comunidades de los mipster aparecieron en las redes sociales y de repente se sometieron a las críticas con comentarios que decían que "es una vergüenza ser un hípster musulmán". La autora de la Generación M se ha preguntado qué significa ser un musulmán, cuál es su camino a la fama y cómo ellos cambian la opinión pública.
Startups, moda nueva y los hiyabs en los gimnasios
Últimamente la generación M logró desarrollarse en el campo de negocios, a saber surgieron nuevos startups que se ocupan de los productos halal, aparecen cafés y supermercados donde se puede comprar este tipo de comida. Para muchos musulmanes, según dice la autora, es muy importante porque así se sienten parte de la sociedad.
Sin embargo, varias marcas occidentales, como H&M y Marks&Spencer no rehúyen las cosas musulmanes, al contrario invitan a los modelos en hiyab o producen una línea de los bañadores para musulmanas. Por lo tanto cabe preguntarse ¿si los musulmanes se hicieron parte del interés comercial?
En 2013 en Melbourne se llevó a cabo una exhibición Faith, Fashion, Fusion: Muslim women's style in Australia, dedicada a la moda musulmana, y que buscó romper los estereotipos sobre la ropa de los creyentes del islam.
"A menudo la gente ve solo paranja y no una persona. Nuestra exposición trata de demostrar cómo una musulmana usa la moda para abrir su personalidad. Su ropa es muy colorida y moderna, y al mismo tiempo modesta", dijo Tasnim Chopra, quien fungió como comisario en la exposición.
Shelina Janmohamed opina que los tocados tradicionales que cubren el pelo y la cara a menudo causan el malentendido. Hay que entender que los hiyabs, nicabs y burcas no son la ropa obligatoria para las chicas que practican islám, explica la autora, que recuerda que en varios países son prohibidos porque contradicen al concepto de la dignidad de la mujer y "le impiden abrir su personalidad".
Resulta que no está prohibido a las mujeres musulmanas usar maquillaje, más aún en la mayoría de países el aspecto de la mujer se rige por normas religiosas solo fuera de su casa y de los lugares donde los hombres no pueden estar.
Solo al analizar redes sociales se puede comprender que muchas chicas musulmanas ponen maquillaje bastante colorido. Los conceptos de la belleza son influidos por las ideas occidentales que provienen no solo de Internet, sino también de las mujeres famosas, como la princesa saudí Deena Abdulaziz Al-Saud que contrasta mucho con sus compatriotas. Es más, pronto sale a la luz la revista Vogue Arabia que será encabezada por la propia Deena Abdulaziz.
Además, en EEUU a finales de octubre saldrá en video el programa de ejercicios Nadoona Extreme, con una entrenadora en un hiyab y ropa deportiva.
"En los programas convencionales ves los cuerpos ideales de entrenadores semidesnudos que crea una meta incorrecta. Y nosotros queremos demostrar que el deportes no tiene nada que ver con tu aspecto, sino con la manera de cómo te sientes y por qué lo haces", relató la productora del proyecto Nadine Abu-Jubara
Ecoislám
Mientras varios musulmanes compran la piel de vaca por 25.000 dólares y decoran con ella su carro, otros piensan en la vida de estos animales. La primera comunidad organizada que se preocupa por estas cosas es la Fundación islámica para ecología y ciencia del medio ambiente —IFEES, por sus siglas en inglés—. Esta organización introdujo el término "eco-yihad", y animó a los musulmanes a limpiar las calles de basura e hizo una publicación llamada Eco Islam.
En Estados Unidos desde el año 2009 se hacen cada vez más populares los "ramadanes verdes" cuando durante el mes sagrado los musulmanes siguen la dieta halal especial y envían el resto de comida a la gente que sufre la hambruna en África.
Según Janmohamed, otro aspecto importante de la vida contemporánea de los musulmanes es la disponibilidad de cualquier información, incluidas las vinculadas con la religión y la educación. Por ejemplo, un joven musulmán tiene notificaciones que le recuerdan rezar o la gente en Egipto que mira los videos con los programas religiosos en YouTube en vez de la televisión.
"Creo que lo más importante para nosotros es que tenemos un espacio digital. Antes si habías nacido en una familia musulmana, todo lo tenías eran tus parientes, vecino y tu comunidad. Hoy en día cualquier musulmán puede comunicar con cualquier persona en Internet", declaró Janmohamed.
La autora concluyó su narrativa con una frase muy profunda: "si me rogáis una palabra para describir la generación M, será 'la mujer'".
